Condesa Pardo Bazán

Una persona de 60 años deja
atrás una vivienda de 90 m2 para habitar un nuevo hogar de 60 m2, más sereno, más eficiente, más acorde con sus
necesidades actuales. No se trata de tener menos, sino de tener justo lo necesario, bien pensado, bien diseñado.

La propuesta gira en torno a un espacio de día amplio, abierto y lleno de luz. La cocina, en un azul intenso, se convierte en un punto focal con personalidad, integrada visualmente en un ambiente fluido que conecta salón y comedor.

El suelo laminado en roble oscuro recorre toda la estancia, aportando continuidad, calidez y un carácter contemporáneo.

El almacenamiento, esencial en

una vivienda compacta, se resuelve con soluciones empotradas y discretas que permiten mantener el orden sin renunciar a la estética. Aquí todo está pensado para que la vida sea más cómoda y más fácil.

Las zonas de noche se reducen a lo esencial: espacios tranquilos para el descanso, sin excesos. El dormitorio principal ofrece amplitud y capacidad de almacenaje, mientras que el dormitorio secundario, aunque de uso más limitado,

también cuenta con armario empotrado, resolviendo necesidades de apoyo con elegancia y funcionalidad.