
Estudio Semillero
Del nido al horizonte
La intervención nace de un cambio de piel y de vida: transformar una antigua cafetería en el nuevo hogar de nuestro estudio.


Este estudio es también nuestro lugar de vida, donde las jornadas se alargan y el espacio acompaña nuestra rutina diaria.
La memoria del antiguo estudio se evoca en la reinterpretación de la fachada de madera, ahora actualizada, como un gesto de continuidad. En el interior, la gran mesa de trabajo se convierte en el corazón del estudio: una superficie común donde todos trabajamos al mismo nivel, sin jerarquías, fomentando colaboración y cercanía.
La intervención revela las huellas ocultas del edificio, desnudando ladrillos y hormigón que muestran la esencia constructiva del lugar. Sobre esta base áspera y honesta, la madera oscura aporta calidez y equilibrio, generando un contraste de materia y atmósfera. La iluminación acompaña estas capas: luces indirectas que arropan, apliques que marcan recorridos y luminarias de trabajo que enfatizan la concentración en la mesa central.





El color se despliega con fuerza y delicadeza a la vez.

el azul intenso de la office aporta serenidad, las escaleras naranjas inyectan energía y movimiento, los textiles mostaza suavizan la percepción y el alicatado de la entrada marca el ritmo visual del espacio. Cada matiz dialoga con los materiales, creando un conjunto equilibrado que refleja la vitalidad del estudio y la diversidad de ideas que conviven en él.

Es un lugar donde la materia desnuda, la madera cálida, la luz y el color se combinan para dar forma a un estudio vivo, abierto y sin jerarquías, que dialoga con su pasado y se abre hacia su futuro.



En definitiva, el nuevo espacio no solo nos alberga: nos proyecta.
